Comprar una casa puede ser una tarea desalentadora. Los retos de ser propietario por primera vez pueden intimidar, sobre todo a quienes se mudan de casa. Echemos un vistazo a algunas pautas para ayudar a eliminar parte del estrés de la decisión.
La casa que compres puede no ser para siempre
Debido a la solidez de los bienes inmuebles como inversión, muchos compradores de primera vivienda tienden a querer conseguir la casa más grande que puedan. Puede que estén intentando formar una familia o conseguir más espacio para que crezca la que ya tienen. Sea cual sea la motivación, la compra de una casa es una de las pocas ocasiones en que la gente intenta planificar su vida a 30 o más años vista.
Es una gran apuesta. En 30 años puede ocurrir cualquier cantidad de cambios imprevistos: Tu trabajo o el de tu pareja pueden obligarte a mudarte, tus padres pueden tener problemas médicos que requieran mayores cuidados o tú puedes decidir cambiar de profesión o montar tu propio negocio. Esta inevitable incertidumbre significa que no te conviene planificar un futuro tan lejano.
Busque una casa que se adapte a sus necesidades inmediatas y comprenda que todo lugar es adaptable hasta cierto punto. Un estudio o un despacho pueden convertirse en una guardería, un cobertizo en un taller y un almacén en el sótano en otro dormitorio. No creas que tienes que planificar tu vida para siempre si decides comprar una casa. Haz conjeturas razonables sobre cómo será tu vida en los próximos 10 años y compra la casa que necesites para ese tiempo.
No se convierta en un "pobre de la casa
Muchos compradores primerizos caen también en la trampa de calcular lo máximo que pueden gastarse en una casa nueva y gastarse exactamente esa cantidad. El razonamiento que subyace a esta decisión es sencillo: el dinero gastado en amortizar una hipoteca no se "gasta" realmente. Las casas pueden refinanciarse o rehipotecarse si el dinero escasea, o reembolsarse cuando se vende la casa. Es un buen razonamiento, pero sólo hasta cierto punto. Las personas que acaban gastando la mayor parte de sus ingresos mensuales en el pago de una casa dejan poco para pagar otras deudas, ahorrar para la jubilación o crear un fondo de emergencia. No están preparados para hacer frente a una factura médica inesperada o a una reparación del coche. También les resulta difícil irse de vacaciones o hacer reformas en casa. Es una situación poco envidiable.
Evite esta trampa con un poco de asesoramiento financiero. Comprenda que su límite máximo de gastos de vivienda debe ser sólo el peor de los casos. Compre la casa que necesita, no la más cara que pueda permitirse. Serás más feliz en tu casa y en tu presupuesto.
Comprender el proceso
Hay muchos factores que intervienen en la obtención de una hipoteca. En primer lugar, usted y el vendedor tienen que acordar un precio final, que incluye el dinero que usted paga por la casa y una serie de gastos, como la inspección, la tasación y la transferencia del título. El agente inmobiliario encargado de vender la casa puede guiarte a ti y al vendedor a lo largo del proceso.
A continuación, tendrá que conseguir financiación. Querrás buscar los mejores precios, pero las nuevas normativas pueden hacer que esto sea costoso y lleve mucho tiempo. Cada entidad financiera tiene que tasar el valor de la vivienda y comparar su estimación con el precio acordado con el vendedor. Cuanto mayor sea la diferencia entre estos dos valores, más caro será tu préstamo hipotecario, pero ese no es el único factor. La entidad financiera también tiene que comprobar tu crédito, verificar tus ingresos y activos y confirmar tu empleo para cumplir la nueva normativa aprobada tras la última crisis financiera, alimentada en gran medida por las malas hipotecas.
Estas normativas pueden dificultar la obtención de un préstamo hipotecario, y mucho más a un buen tipo de interés. Esto es especialmente cierto si tu historial laboral es corto o si acabas de empezar con un nuevo negocio.
Puede contribuir a este proceso comprando una casa que pueda permitirse, mejorando su calificación crediticia reduciendo la cantidad de crédito que utiliza, permaneciendo en la misma empresa y ahorrando para un pago inicial significativo. Debes aspirar a destinar al menos el 20% del importe total de la compraventa a un pago inicial, ya que éste es el umbral para evitar tener que pagar el seguro hipotecario privado (PMI). Un pago inicial mayor también reduce el riesgo del préstamo para el prestamista y puede ayudarle a conseguir una hipoteca más barata. Esto, a su vez, hace que el pago de la vivienda sea menos costoso. También puedes pedir ayuda a papá y mamá; un cosignatario en una hipoteca puede mejorar tu puntuación crediticia y reducir tus tipos de interés.
No vaya solo
Muchas de las grandes entidades de crédito nacionales anuncian atractivas ofertas hipotecarias en vallas publicitarias, televisión y radio. Los tipos pueden parecer razonables e incluso tentadores. En realidad, sin embargo, esos tipos sólo se conceden a un pequeño porcentaje de prestatarios: prestatarios que tienen un crédito excepcional, unos ingresos importantes y un patrimonio neto considerable. Como comprador de vivienda por primera vez, es probable que no reúna los requisitos para acceder a los tipos que esos grandes prestamistas corporativos sin rostro utilizan como cebo para picar su curiosidad.
Dada la dificultad de comparar ofertas, haga su primera parada en la institución que tenga más posibilidades de ofrecerle los mejores tipos desde el principio. Su cooperativa de crédito está ahí para ayudar a su comunidad, y eso incluye ayudar a los nuevos compradores de vivienda a obtener préstamos por primera vez. Está tomando la decisión correcta al buscar una vivienda durante un mercado de compradores. Haga otra llamada inteligente hablando con un representante de la cooperativa de crédito sobre los tipos hipotecarios. Cuando esté listo para salir del sótano, su primera parada debería ser su cooperativa de crédito.